El rodeo, el título del espectáculo, no solo se refiere a la ambientación: las ruedas están muy presentes y sustituyen al supuestamente necesario elenco animal en este tipo de eventos. Desde el comienzo, el público se da cuenta de que está a punto de presenciar algo completamente diferente.
El toro para montar es representado por una bicicleta acrobática, y entre otras habilidades propias del rodeo, como el lazo, habrá un número de “doma de ruedas”, de invención propia e inédito hasta la fecha. Estos elementos innovadores agregan un toque moderno y creativo, destacando el esfuerzo y la creatividad de los artistas involucrados.
Y, por supuesto, serán muchos los rodeos para lograr cualquier objetivo. Los personajes, tres actores y el público ficticio, alternarán las riendas de este espectáculo con el objetivo último de domarse entre sí, en esa búsqueda constante del diálogo entre la escena y el público. Esta interacción única promete mantener a la audiencia comprometida y sorprendida durante toda la representación.
Andaluisiana, 2021. Rodeo ha llegado a la ciudad. El jaleo de un desfile atrae a las gentes que, según toman asiento, ven que un público congelado espera ya el comienzo. Aparentemente, está todo preparado para un evento tan espectacular como rutinario. Pero poco dura esta sensación, ya que los vaqueros no tienen acento americano y los animales no son salvajes, ni siquiera reales. Hasta la mitad del público es falso…
Tocará reconstruir todo desde casi cero. Como hacen los del sur. Los del otro sur. Este enfoque, radicalmente diferente, desafía nuestras expectativas y nos invita a replantear lo que realmente significa un rodeo. Sin duda, esta obra representa una fascinante reinvención de un clásico.
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